Para Beatriz

Me contó la noche que te fuiste,
aun cuando sigues viviendo entre las flores.
Que ya no contestas llamadas por miedo a que sea el infinito reclamándote la mirada.

Te agradezco los caminos, las canciones, los vuelos de fin de semana.

No es más que un hasta siempre,
Beatriz adorada

Desde el piso sexto

Te he dedicado las noches bajando la cortina

Mientras la lluvia resbala sobre el reflejo de mi cara, 

y coincide con la lagrima del beso que te dí

Te he dedicado mis mañanas

Aquellas, en las que despierto después de soñarte

Cuando arranco de la almohada los sueños que me contaste

Mientras tú soñabas otros sueños

Te dedico estos versos

Las copas de vino que por ti bebí

Las canciones que te canté antes de dormir

Las letras que ahora te escribo

Bolero

Una vuelta del Halley
Llevan mis noches de insomnio
Esperé a que se fueran del salón
Para que sólo bailaras conmigo
Te fuiste, te seguí

No sucederá, ¿verdad?
Son las 5PM y el caos se avecina
Te sigo esperando, porque como dice la canción
No importa tu ausencia

Y así es siempre, te vas y yo te sigo.
No me hieras de muerte,
porque no quiero ser tu amigo

El sabio del segundo piso

Cuatro años te conozco
No te saludé la primera
¿Quién se equivoca en primavera?
No te miré lo suficiente, reconozco
Mi camino fue antónimo
Pero llegó Diciembre
Deseé ser contramaestre
Desde el día octavo caminamos
No pudimos ignorarnos
El amor ya no es breve.

Los 2600 Metros

Las nocturnas calles de la ciudad,
embriagan de frio los tristes cuerpos.
Millones de canciones humanas,
deambulan debajo de la lluvia.

Me tomas de la mano, la noche es fría.
El agua reboza en charcos como elixir para solitarios perros.

Las gentes se ven en el transmilenio.
Romances de microsegundos se interrumpen en la proxima parada.

Al final, solo somos reflejos en las ventanas que se derriten,
mientras el agua resbala en el gelido cristal.

Las luces del portal encienden mis ojos.
Entre sueños minimos, bocas abiertas despiertan.
Como siempre, la realidad se come a mordiscos nuestros sueños. 

La Chelista de la estación Universidades

Tiene la piel clara
Tan clara como la calma que produce verla sonreír
Tiene un campo de frescas flores que bailan una tonadita antillana en sus labios.

Sus nalgas describen un vaivén digno de las olas de una playa del caribe
Sus cabellos largos, como tan larga es la vida de una estrella.

Da uno, dos y tres besos. Promete volver. Se marcha,
y con una picara sonrisa se lleva el poco aliento de la fría noche bogotana.

Pero apenas amanece, y mientras duerme, un marinero conecta oeste con sur
Para que sus sueños no sean fríos, y tenga alguien que la piense, que la extrañe.

De pronto despierto, una mujer con un grandísimo artefacto sonríe
¿Qué es?
- Un chelo
Permítame lo llevo.

Del amor, la rabia, los destiempos y la cerveza

Arden los fuegos, con el ultimo sorbo de bebida de sábado por la noche
Arden, por como quema tu piel contra la mía
Arden, por como tus fijos ojos, son el fiel reflejo de una irrealidad valiente
y la mas vagabunda y cobarde de las verdades.

El sol del lunes entra, como premonición.
Es hora de ver, como danzan tus sonrisas alrededor de otros vientos,
vientos que no son los míos.
Pero al final es hora de verte, y como la mas fría de las lluvias, siempre es un deleite observar, desde adentro.

Cayó la tarde de aquel miércoles,
Las luces de la ciudad marcan el camino de la realidad a nuestras sombras.
Volveremos a ser los que siempre hemos sido,
Y volveremos a imaginar, lo que nunca podremos ser,
Pero siempre quisimos sentir.